Es necesario que haya algo de valor (como dote) en el matrimonio, debido a la palabra del Altísimo (que se interpreta así en español): {Las mujeres decentes y honestas son prohibidas, excepto que sea tomando su mano a través de un contrato de matrimonio. Esta es la ley de Al-lah. Fuera de las prohibiciones, es lícito que busquen casarse pagando la dote correspondiente, pero con intención de matrimonio y no de fornicar. Es una obligación dar a la mujer la dote convenida una vez consumado el matrimonio. Pero no incurren en falta si después de haber cumplido con esta obligación legal, deciden algo distinto de mutuo acuerdo. Al-lah es Sabio, todo lo sabe} [Corán 4:24].
Y por su dicho (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él), en el hadíz de Sahl Ibn Sa‘d, que está acordado como auténtico, respecto al hombre que pidió casarse con una mujer que se ofreció en matrimonio al Profeta, pidiéndole que la case:
"Busca aunque sea un anillo de hierro".
Y si alguien se casa sin haber acordado un mahr, se le debe a la mujer el mahr al mizli (la dote equivalente a la de mujeres similares a ella).
También se permite casarse entregando como dote la enseñanza de algo del Corán, del hadíz o de alguna ciencia útil bien conocida, porque el Profeta, (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él), casó a aquel hombre con la mujer que se ofreció en matrimonio, a cambio de que él le enseñara parte del Corán, cuando no encontró dinero.
El mahr es un derecho de la mujer, por lo tanto, si ella renuncia a él voluntariamente después del matrimonio, y es madura, eso es válido, por la palabra de Al-lah, el Altísimo (que se interpreta así en español): {Den a las mujeres la dote con buena predisposición. Pero si ellas renuncian a parte de ella en favor de ustedes, dispongan de esta como les plazca} [Corán 4:4].
Y Al-lah sabe más.
(Kitábu Ad-Da‘wah, 2/210, de su Eminencia, el Sheij ‘Abdul ‘Aziz Ibn Baz, que Al-lah lo tenga en Su misericordia)